jueves, 18 de septiembre de 2008

LA CRISIS O LA EUFEMÍSTICA DESACELERACIÓN

LA CRISIS O LA EUFEMÍSTICA DESACELERACIÓN

Cuando doña Austeridad se encuentra de frente y súbitamente con doña Avaricia, la chispa agria del enfrentamiento no se hace esperar. Tal es el odio que entre ellas se tienen. Es entonces que aparece en escena doña Publicidad Engañosa. Llega airosa, llena de color y alegría desbordados. Austeridad, llevando la mano a la boca y abriendo los ojos como platos, en un gesto de pasmo y sorpresa, contempla a la seductora y desvergonzada dama Publicidad Engañosa, quien habla de manera meliflua y cadenciosa. Avaricia está feliz y callada, y aunque afectando una serenidad, sabe ya que el enfrentamiento con doña austeridad está ganado.
Austeridad jamás aceptaría, aunque Publicidad Engañosa se lo propusiese, ninguno de sus ofrecimientos, sí lo hiciese, entonces dejaría de ser Austera. Sabe pues que tiene la batalla perdida, aunque no la guerra.
Avaricia con aparente humildad se deja arrastrar de la mano por doña Publicidad Engañosa, quien de inmediato pone en circulación sus seductoras maneras. A través de todos los medios pone en valor cosas y productos heterogéneos que en verdad para nada o para bien poco sirven. De esa manera tan multiplicadora y atractiva, consigue doña Publicidad Engañosa, al crear necesidades ficticias, que se venda todo aquello con apariencia de útil y necesario, pero en realidad banal. Doña Austeridad se retira esperando su turno que aún ha de tardar en llegar. Los mecanismos de control y supervisión, en el ámbito financiero y en otros, nadando entre tanta abundancia se atrofian y corrompen, y mirando para otro lado, consienten interesadamente aquellos despropósitos, que más tarde o más temprano, conducirán a la aparición de la triste dama que es doña Crisis Galopante.
Créditos para viajes inanes al Caribe y a otros sitios, únicamente a rascarse la barriga al sol sin más, soportando mil y una inconveniencias, para compras inmobiliarias innecesarias, adquisiciones de coches de lujo que superan las posibilidades del comprador, y visitas a los grandes almacenes ¡ala, tira de tarjeta y a comprar lo que sea! ¡Ya se pagará! España y el mundo van bien. Consumismo Desaforado embruja a toda una sociedad escasa de posibles, quien cegada por Publicidad Engañosa, creadora de ilusiones y fantasías, cree tenerlos.
Los industriales y banqueros, cofrades del timo y del fraude, pícaros ignorantes, pero insertos en las más poderosas familias, mediante sus primos, los caníbales Intermediarios Golosos, en asociación escandalosa y apoyados por doña publicidad Engañosa, se frotan las manos viendo ya que comienza el gran negocio, el saqueo del engañado obrero, la inmensa y boba masa social, y donde saltarán como moscas sobre un enorme pastel. Los precios, debido a tal desproporcionada demanda se irán disparando, aunque lentamente para no despertar sospechas, pero sin pausa. La gran maquinaria del fraude, protegida por la corrupción de algunos de los políticos de turno y anacrónicos reyes dinásticos, acompañados de la clerigalla más obsoleta, a la búsqueda de su porción del pastel, impide que la conspiración contra la gran masa social sea descubierta. Es un chollo, piensan, esta masa social, un montón de borregos que hacemos de ellos lo que nos da la gana. Y después de acumular nosotros, tantos beneficios y dineros, aún los cargaremos más, debido a las estrecheces que han de sufrir. Ni siquiera tienen agallas para protestar. Lo aguantan todo, por lo tanto se merecen todo el daño y explotación a que los sometamos. Son tan bobos que jamás aprenderán. Es más, aún nos adoran y adulan.
Los precios, de aquel modo, adquieren unas proporciones tan escandalosas e inexplicables, que la inflación se dispara dando lugar a una enfermedad estructural llamada doña Crisis. La Avaricia rompió el saco, y por cuyo enorme agujero se han de colar los dineros hacia paraísos fiscales.
Los dineros expoliados por banqueros, políticos, reyes, clero, industriales y todo tipo de poderosos, jamás aparecen. Ellos, esos seres, llamados en conjunto Saqueadores, banqueros, políticos etc. Se frotan las manos con el inmenso botín, y para tranquilizar a esa esquilmada e ingenua sociedad, estúpida como nadie e insensata profunda, llaman, en un aparente gesto de preocupación y dignidad, a doña Austeridad para que ponga orden entre tanto desconcierto y penuria, sometiendo, esa dama, a los estafados a una nueva situación de miseria ¡apretarse el cinturón! Siempre perdemos los mismos. Nos dan palos de todos lados, y gracias a nuestra estupidez, que los saqueadores conocen bien, todos contentos y callados. Doña Avaricia bien satisfecha de su obra, se retira, doña Publicidad cambia momentáneamente de tercio. Los dineros estafados no aparecen, aunque todos aquellos conspiradores y beneficiarios sepan muy bien donde están y quienes los tienen. Pero como son ellos mismos se lo callan, y como plañideras hipócritas, dicen como cortina de humo, qué este banco o aquel otro, y aquella entidad financiera y esa otra, dan en quiebra por haber facilitado ¡humanitariamente!, créditos a personas insolventes y proyectos fantasiosos. ¡Mentirosos! ¡Cínicos! Tienen todos esos dineros a buen recaudo en otros bancos, ya habilitados para recoger tales beneficios, y creadas esas entidades o paraísos fiscales, mediante pactos políticos secretos entre los líderes de todos los paises, y agrupados por facciones y banderías, para de ese modo asegurarse, que el producto de sus expolios, no sufra quebranto alguno, y estén esas rentas bien seguras y ocultas a cualquier tipo de devengo.
Señoras y señores, esta que aquí explico, es la verdad sobre la tal doña Crisis, creada por los poderosos de todos los ámbitos. En la antigua democracia ateniense, con todos sus defectos, que los tenía, se elegía a los políticos de entre los hombres de probada honradez y valía, sin que estos se presentasen a nada. Sencillamente, que por barrios, eran elegidos, sin su consentimiento, y sin que lo supiesen, hasta el momento de presentar esos nombres ante la asamblea metropolitana. Los elegidos no podían negarse a ese servicio a la sociedad durante el período de gobierno determinado. No era plato de buen gusto, ya que la gestión política conllevaba una enorme responsabilidad. Difícilmente, una vez cumplida esa función política, alguno quería repetir. Para nada, ya que la cosa era difícil y cargada de grandes compromisos y complicaciones. Los políticos de hoy, y de todo nivel, salvo excepciones, se presentan, respaldados secretamente por poderes oscuros de influyentes industriales, banqueros y de todo ámbito de poder, y a mordiscos pelean entre ellos como zarigüeyas cangrejeras y colocolos y estodelfos de Patagonia, por detentar cargos y liderazgo del nivel que sea. Tratan además, sin pudor alguno, de perpetuarse en esos cargos ¿Por qué será? ¡Pues está bien claro!, como la marsupial zarigüeya, todo para la bolsa. De esto que acabamos de decir, y sin entrar en detalle, emana todo este tipo de crisis y de desagracias, destinadas a perjudicar a los infelices trabajadores, esclavos modernos, que somos la manipulada y sufrida mayoría social.

Y además opino, que el potencial armamentístico de EE.UU debe ser destruido, ya que en él, como en la Antigua Roma, basa su trasnochada bobería imperialista.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 18-09-2008